ARTE SIN PROYECTO #9. OBRA: "¿Haz Soñado Con Un Lago Lleno de Semén?"; ARTISTA: Leo Valencia.
Para el episodio #9 de ARTE SIN PROYECTO conversé con mi amigo Leo Valencia
sobre su libro ¿Haz soñado con un lago lleno de semen?, locura, mente, estados
alterados de conciencia, lecturas, lo que nos enseña el semen más allá de la
paja, no hay nada más maravilloso que “venirse”, el semen es vida y hasta
religioso, Sade, el semen y el sexo nos desarrolla como personas, el semen como
símbolo de inmortalidad, el semen nos hace dioses, semen y plenitud, etc, etc,
etc. La señal se cayó y quedaron haciendo falta los otros 30 minutos, pronto, no
te lo pierdas.
¿HAS SOÑADO CON UN LAGO LLENO DE SEMEN? ¡Yo sí! ¡Y lo tengo! Majestuoso, cubierto de plantas acuáticas en forma de hojas de Adán y Eva, unos nenúfares como la tuya, con un color rosa oscuro, olor refrescante, frutal, en piel canela del Nilo. ¡Oh, mi vida! Después de diez mil doscientos veintidós millones de masturbaciones que dan al traste con mis cuarenta mil doscientos años. —Por datar algo—. He podido llenar este lago con lo que expulsaba de cada resaca. Lago mío, de nadie más. En cada flujo tomé el agua necesaria para calmarme: Tomé del Ganges, del Nilo, del Amazonas y un poco del Atrato, paseando en el tiempo con un recipiente en forma de pala, buscando agua pura, no degradada por hombre ni animal. Paleaba aguas hasta satisfacer el socavón de mi piscina, que primero fue azufrada, que pronto se convirtió en vestigios de lago. Llené y llené, con la urgencia del que inunda su hogar. La parte de afuera, espumosa. Ahora sólo necesito mis cascadas. Sé que mi semen es el suplemento necesario para que mi lago sobreviva sin vicisitudes. Creé cascadas y lluvia. Lluvia blanca que pueda embellecer o envejecer a Juno. Casi siempre solo, comprendí que lo mejor era pagar con un poco de mi esperma lo que el universo me había dado. Nacido de nada y criado por el todo. Tierra y fuego se hicieron los bobos a la hora del parto. Me tocó un universo frío como capullo. Convertí el vino dionisiaco en leche de Rumina, prometida por Dionisio en mi nacimiento como alimento de vida. Mi leche es de una teta de vasija de barro. Una eternidad en semen y agua, en más ganas. Ese lago, no tan pequeño, lo suficientemente grande, se fue emblanqueciendo a pesar de que sus aguas subterráneas, transparentes, oponían resistencia. ¿Sabes? me gustan tus aguas. ¡Pero no lo crean¡ ¡No lo creas! Fue un esfuerzo monumental llegar a esta maravilla medioambiental, tuve que caminar el río de mi vida por donde pasaron mil y una utopías. Pocas acciones merecen ser contadas antes de que nos ahoguemos en este pantano lleno de secreciones. Si sobrevives, si aguantas más la respiración, cuando bucees y veas las náyades, no trates de tocarlas, Nymphae Infernae Paludis, color naranja fuego, vendrá a buscarte. Ya sabes qué hacer cuando yo no esté, cuando te delegue mi hogar: debes continuar mi obra: no dejarlo secar. Siempre puedes beber, pero siempre tendrás que pagar.
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